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Expulsan a monja por ser “Demasiado bonita”

Expulsan a monja por ser “Demasiado bonita”
  • PublishedMay 14, 2025

Aline Pereira Ghammachi, una economista brasileña de 38 años y exabadesa del monasterio de los Santos Gervasio y Protasio en Italia, ha denunciado al Vaticano por haber sido expulsada de su congregación debido a su apariencia física. La religiosa afirma que fue discriminada por su belleza, carisma mediático y juventud, en un caso que ha captado la atención de medios en Europa y América Latina.

Originaria de Macapá, Brasil, Aline inició su vocación religiosa a los 15 años, pero decidió confirmar su camino espiritual tras graduarse en Economía y Comercio. Durante su juventud, colaboró con medios locales en Brasil y trabajó en el periódico familiar. También participó en programas de radio y televisión explicando la Palabra del día, lo que cimentó su perfil público.

En 2018, sorprendió al entorno eclesiástico al convertirse en la regente más joven de un convento cisterciense en Italia. Sus ojos azules, presencia serena y facilidad para comunicar la convirtieron en una figura inusual en el ámbito monástico. Sin embargo, ese perfil fue justamente lo que, según sus declaraciones, incomodó a algunos superiores.

La decisión de su destitución se produjo tras una denuncia de cuatro hermanas, quienes escribieron al Papa alegando supuestos maltratos. Aline sostiene que las acusaciones son falsas y parte de una campaña de calumnias liderada por el abad fray Mauro Giuseppe Leporia. “Dijo en broma que era demasiado bonita para ser abadesa, pero me expuso al ridículo”, afirmó.

La polémica se intensificó cuando once religiosas decidieron abandonar la congregación en señal de apoyo a Aline Ghammachi. Una de ellas, la hermana Maria Paola Dal Zotto, denunció públicamente el clima de hostigamiento: “Se ha inaugurado un tratamiento medieval, un ambiente de calumnias infundadas contra una mujer seria y dedicada”.

En 2024, el Vaticano envió un nuevo visitador apostólico al monasterio, pero Aline afirma que no se realizaron entrevistas formales ni se verificaron los hechos. La visita concluyó, según ella, que era una persona “desequilibrada” y que las demás religiosas le temían. “No me permitieron defenderme. Me expulsaron sin motivo. Estoy apelando”, aseguró.

Actualmente, Aline se encuentra en Milán, donde pasó algunos días en casa de su hermana. Durante la semana del reciente cónclave, viajó al Vaticano para pedir personalmente que se reconsidere su caso. Reitera que su expulsión responde a prejuicios sexistas dentro de la Iglesia y espera que el nuevo Papa León XIV revise el proceso.

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El Boletín